
Mensaje 3 de agosto de 2011

La elección de cada una de nuestras emociones: rabia, tristeza, alegría, nostalgia, orgullo, dolor, vivencian cada una un estado de ser con repercusiones que elevan o bajan tu frecuencia pudiendo generar enfermedades, estados de energía en constante desequilibrio, incremento o disminución de sustancias químicas en tu organismo que obstruyen procesos de regeneración celular, estados emocionales que obstaculizan la función inmunológica y energética con consecuencias considerables en tu desarrollo interno y externo.
La experiencia que llevas a cabo en tu vida es, aunque tú no lo creas, la que establece la llave maestra para abrir las puertas del custodiado inicio de tu encuentro con el iluminado estado de felicidad, satisfacción, tranquilidad, alegría; lo cual hace que tu ser reaccione favorablemente a estos estímulos y otorgue a tu vida la posibilidad de ser vivida en plenitud de condiciones y en armonía con o que representa el cuerpo de energía, el cuerpo físico, el cuerpo emocional. Y tu escenario más importante en tu encuentro en este plano: el alma.
Todo lo que establezca la entrega del alma es lo que, a la postre, garantizará la evidente enseñanza del SER en la vivencia corporal, en el ámbito de la esencia divina en tu existencia.
¡Es así!
URIEL
canalizado por Víctor