La enseñanza que el mundo te ofrece es tan limitada que tú no entiendes el significado de tu estadía aquí. El estado de tu vida varía a lo largo del tiempo y no estás realmente convencido de la manera como este espacio-tiempo se relata frente a tus ojos. Los desesperados intentos en querer cambiar el mundo consume la mayor parte de tu energía y no te percatas que lo único que tiene que cambiar eres tú.
El establecimiento en el mundo conlleva a una serie de obsesivas tendencias y la más representativa es el hecho de elaborar el intento de veloz estado de incitación al efusivo vínculo con tu mente para tratar de entender tu vida desde esta elemental perspectiva. Elegir tu mente como el centro desde donde diriges tu vida es declarar que ya no eres capaz de valorar el significado de nada que no pase primero por el encuentro con tu querida y adorada, elegida y obsesiva mente.
Tu ser pasa frecuentemente por estados de dicha y dolor; ilusión y decepción; alegría y tristeza; y tú no te percatas que la elección de los opuestos no es la especial solución a nada… Aun así te apegas a la vivencia de los opuestos para tratar de entender lo que es el establecimiento de tu experiencia.
La elevación de tu ser es todavía un concepto que no puedes imaginar ya que tu energía se desperdicia en obtener o tratar de obtener lo que es innecesario pero que tu ser se empeña en adquirir en este plano. El llamado a la iluminación es también un extraño escenario que observas con la mayor desconfianza, pues es un estado que todavía no aceptas.
El vínculo con el elaborado intento de establecer el estado de atención en tu sentir es muy lejano y muy poco valorado.
¡Es así!
URIEL
canalizado por Víctor