El deseo

Olvidar el encuentro con lo que se denomina tu deseo es algo que poquísimos seres pueden llegar a entender. El deseo es la especial y única consecuencia de todo aquello que consideramos necesario a nuestra existencia, supervivencia o libertad.
El deseo nos conduce a través de un especial recorrido en el que la expectativa es lo que genera el UNO con el ganar o perder. Si logras hacer realidad tu deseo eres ganador, si no lo logras eres perdedor. El caso es que si ganas o pierdes lo que te estará dominando es y será el deseo de mantener y apropiarte realmente de lo que ganaste o el deseo de querer obtener lo que la vida te ha negado injustamente.
El final de la historia es el mismo para ganadores y perdedores. El deseo nunca te dejará en PAZ, porque dejar de desear equivale a aceptar lo que eres, lo que tienes, lo que haces, lo que ocurre y lo que vives. Si la aceptación es el opuesto a la rebeldía, el deseo es, por lo tanto, el especial y único resultado de tu negación a aceptar tu vida.
Si eres hijo de Dios, ¿cómo podría tu vida no tener lo necesario para llevar a cabo el Plan de Dios?¿Qué significa entonces que lo que ocurre en tu vida es contrario a tus expectativas? El deseo es el especial y querido efecto de tu especial ubicación en el elegido y querido encuentro con lo que tu ser considera vital para su existencia.
El llevar el especial conocimiento de tus deseos te permitirá saber que es lo que estás elaborando en tu mente como especial sinónimo de carencia, necesidad e inconformidad. ¿Verdad que siempre organizas tu vida a partir de lo que tienes que obtener ? ¿O es que eres tan inconciente que no deseas ver tu racional y justificada observación de un mundo de carencias, de negación y de pobreza?
El mundo que ves es el especial testigo de tu elección, ?entiendes?
¡ Es así!
Víctor