La búsqueda temporal
El encuentro con lo efímero nos ofrece la posibilidad de vivir aferrados a todo lo que no tiene un valor absoluto sino relativo. Lo que puede ser pero no es esencial en nuestra existencia es lo que se denomina valor relativo. El hecho de poder tener más o menos, suficiente o insuficiente, objetivo o subjetivo, placentero o incómodo, ameno o aburrido, en fin, todo lo que pertenece al mundo de la dualidad es lo que denominaremos valor relativo.
El valor absoluto es todo aquello que no necesita ser comparado, evaluado, razonado o alterado para que exista. El reino llamado mineral no necesita ser llamado a cumplir un objetivo en sí mismo, y su funcionamiento no puede ser enfrentado con el opuesto a el mismo. Al no existir opuestos es absoluto.
La colocación de especiales y queridos seres que llevan a cabo una función de enfrentar el UNGIDO, elaborado y querido puesto de guardia en la acción de lo que significa el claro, atento y beneficioso estado de VIVIR, es lo que no admite contrarios ya que no existe un opuesto a la vida para ninguna de la almas que existen en el universo.
El llamado a experimentar el llamado a la localización en la incorporación de tu ser al ámbito del SER, no admite un opuesto ni un polo contrario ya que el SER es lo único que te define como Verdad, y puesto que todo aquello que no está contenido en tu Verdad simplemente no te pertenece, entonces podemos concluir que es tu Verdad la única que puede existir en tu vida ya que lo que sería el opuesto o contrario no puede vincularse a tu ser por no ser algo que provenga de ti mismo.
¡Es así!
Víctor