El Cuerpo y la Sangre de Cristo
Tomad y comed, este es mi cuerpo que será entregado por vosotros. Del mismo modo, tomó el cáliz y se lo dio a sus discípulos diciendo. Tomad y bebed todos de él, porque esta es mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en memoria mía.
Mateo 26:26-29 Marcos 14:22-25 Lucas 22:19-20 ICor. 11:23-26
Lo bonito de la existencia radica en el buen vino que proviene de la vid del Señor Jesús. La enseñanza de la última cena cobra una vigencia al representar la muerte de Jesús al cuerpo y el nacimiento del Verdadero Hijo de Dios, que es un SER que no conoce las limitaciones del cuerpo físico, y trasciende el vínculo con la materia para ubicarse en el sagrado espacio de la UNIÓN en Espíritu y Luz con El Creador Dios.
El vino representa la sangre que Jesús iba a derramar por nosotros. El hecho de ser Él quien tomara nuestros pecados, y en especial el más grande de ellos el cual es creer firmemente que somos un cuerpo y que nuestra existencia debe consagrarse a él, para llevarse con su única y fulminante muerte en la cruz, la especial ilusión de ser hijos de la carne.
El legado de Jesús es precisamente el que nos muestra que el cuerpo no es ni debe ser nuestro objetivo, ya que no tiene absolutamente nada que ofrecernos ni mostrarnos. La vida se eleva por encima de las limitaciones, necesidades y carencias del cuerpo físico, para ubicarse en el inmenso, iluminado y verdadero encuentro con El Creador Dios.
El significado de la sangre derramada no es lograr la muerte física para llegar al cielo, es renunciar en vida a lo que significa el vivir para el cuerpo, y de esta manera llegar a entender el verdadero propósito de tu existencia. El cuerpo es el recipiente del alma, ¿qué podría ser más importante, el revestimiento o el contenido?
Lo que es real y verdadero y lo que puede ofrecerle un sentido al cuerpo es el espíritu, lo que hagas en este sentido te ofrecerá como respuesta el AMOR, la PAZ. El inigualable encuentro con tu liberación es lo que te increpa y te dice que no sigas en el camino del pecado y la ilusión, y te aboques a la tarea de ser el especial y real testimonio de la significativa acción de Dios en tu vida.
Lleva el mensaje de la PAZ a todos tus hermanos y lleva el AMOR de Jesús a todos sus corazones.
Víctor
Hermoso!
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