¿Navegamos juntos?
Si la respetable jerarquía es la que dicta la pauta, ¿qué es lo que le corresponde hacer a los que nos ubicamos debajo de ella?
Conocemos el trabajo del líder, de la cabeza, del que dirige y conduce los destinos de sus subalternos. Esa persona que asume la responsabilidad de llevar la embarcación es, al mismo tiempo, quien traza la ruta, administra los recursos existentes y lidera al personal que contribuye al logro de los objetivos planteados.
Si su gestión es exitosa, sus empleados se sentirán gratificados, valorados y motivados a seguir adelante. Si su gestión es llevada a cabo con aciertos y también con errores, seremos los primeros en pedir que esa jerarquía rectifique y asuma una postura que ofrezca respuesta a lo que debería ser corregido, modificado o cambiado.
Es indudable que la misión debe ser cumplida, pero si no existe un equilibrio entre esa misión y los que se ocupan de materializarla, los que son el brazo ejecutor se sentirán desvinculados, segregados, y su aporte no será el esperado debido a la poca motivación y entusiasmo que ofrecen.
Un camino que pueda ser realizado y conducido de forma tal, que integre a los actores que intervienen en el proceso de construcción de los ideales que compartimos, es lo que nos lleva a realizar un recorrido creativo, compartido, comprometido, visionario, y cuando lo hayamos culminado, seremos los primeros en querer embarcarnos en la siguiente travesía.
Víctor Hugo Rojas